viernes, 18 de marzo de 2011

Why not?

Ya, #mipobrehermana no vive en el limbo, su vida no es perfecta, y ella tampoco. Es una gozadora y reconoce vivir más periodos positivos que bajones, (es una agradecida de Dios por eso), pero en uno de estos últimos es que llega a su vida el concepto de “Bazar de la energía”.
No es esotérica, no entiende mucho de numerología, y se aterra cada vez que escucha coincidencias numéricas con catástrofes y ni hablar de la teoría de los mayas y el 2012. No ha tenido acceso alguna vez a una carta astral y el tarot dejó de leérselo el día que fue mamá.
Pero para #mipobrehermana la energía es un tema aparte. Sí, reconoce haber leído El Secreto, y a pesar de que es poco cool reconocerlo, no sólo le gustó, sino que desde ese momento lo aplica en su vida diaria lo más permanente que su cerebro le permite.
Algo no anda bien y llega a sus manos un texto que explica el “bazar de la energía”.  Sin latear hay una teoría que sostiene que las cosas materiales sin uso generan cargas negativas al lugar donde están. Al leer esto se viene a la mente de #mipobrehermana una  cantidad incalculable de “cosas” guardadas para el “porsiacaso”, cuantas prendas de tallas que ya nunca más usará, juguetes y peluches que ni Andy de Toy Story guardaría, VHS y cassettes para mostrarle a las nuevas generaciones lo que ella usaba, trabajos de universidad, fotocopias, recuerdos de viajes, y bla bla bla.
El ¿Por qué no? Fue la consigna.  ¿Perdía algo probando? ¿Habría alguna contraindicación para eliminar de su casa todas las cosas que ya no usa? Jajajajaja, ha sido muy divertida verla, porque además de ordenar a full su casa, su bodega y  los closet ha aprovechado de repasar de su vida. Porque es cierto, cada cosa que uno guarda la guarda por algo, algún recuerdo trae, te remonta a otros tiempos o se acumuló entre otras cosas porque sencillamente uno no se quería deshacer de eso. Terapia a mil. Se queda pegada en textos antiguos, en prendas de ropa divertidas o en alguna libretita que no tiene idea de donde salió ni porque la guardó. Y así, puede pasar horas sentada, frente a bolsas llenas de “cosas” que hoy son más que eso, y mañana no serán más que recuerdos eliminados para hacer que la energía en su vida fluya.
Si la ve con una bolsita regalando cosas, ya sabe la causa, recíbasela.