Cero Style

Follow the leader, leader, leader, follow the leader… Nica!!!. Si hay algo a lo que #mipobrehermana se niega rotundamente es a seguir a alguien. Y no porque sea súper shorita, sino porque aún no aparece alguien sobre la faz de la tierra que se lo merezca

Nunca lo reconoceré, pero la semana pasada encontré un papel arrugado en la cartera de #mipobrehermana que se llamaba: Instructivo del estilo de #mipobrehermana o algo así…. Imposible no estirarlo y devorarlo con la vista

-  Ante nada en la vida soy una mujer feliz! Lo decreto cada vez que pueda.

-  Mi familia es el motor. Nada funciona si algo anda mal por acá.

-  La sonrisa de mis hijos vale más que todas las Louis Vuitton around the world.

-  Mi casa es un templo. Todos los que la habitamos somos sagrados.

-  Intento reírme al menos el 65% del día

-  Mis amigos son parte de mi familia.

-  Adoro el chocolate, tomo al menos un Starbucks diario, mi cartera es un desastre, no puede dejar el cigarro, mi auto es un chiquero y ni hablar de mi closet.

Concha que la tiene clara. Suena rebelde decir a viva voz que tiene estilo propio porque la palabra estilo se relacionada generalmente con la forma de vestir. Y claro, más relevancia toma cuando el estilo es vintage, o alguno de esos que suenan súper chic, pero pucha que distante está  #mipobrehermana de esos mundos. Yo creo que le encantaría, pero quizás por la talla ni lo intenta. Las ballenas vintage no deben ser súper nice, además que cero ecologicas… Save the whale!. Si, #mipobrehermana le hace muecas a la moda. No solo de vestir, sino a todos esos estilos que logran más adeptos.

Tener estilo propio no debe ser fácil, más aún cuando tiene las patas de sentarse en un computador y escribir mil barbarides que mucho le leen. Eso si es estilo… Pero cómo? No te da vergüenza? Le han preguntado por montones. Y no dudo cual ha sido su respuesta… A ver señorita, en la vida a #mipobrehermana hay pocas cosas que la avergüenzan: robar, ser mala madre, mala esposa, mala hija, mala mujer!, ahhh y  mostrar las rodillas. Y si no lo dijo, pongo mis manos al fuego que ganas no le faltaron.

Ha pocos días de terminar este año me senté con #mipobrehermana a revisar ese famoso listado de metas para el 2010: nos reímos a carcajadas al ver que casi el 76% de los ítems propuestos para el año no sólo no los cumplimos sino que con suerte los recordábamos. Claro, no bajó no sé cuantos kilos que se había propuesto, no ahorró el monto que esperaba, no fue constante con sus visitas al gimnasio, no mantuvo el orden en su closet y no cuántas otras estupideces, pero pucha que fuimos felices cuando en este resumen nos dimos cuenta que #mipobrehermana ha sido súper consecuente con las cosas que la hacen feliz. Sí ha sido una mamá extraordinaria (no le importa que la critiquen por decirlo, porsiaca) sí ha luchado por lograr que el templo en el que vive se mantenga constantemente en construcción de momentos, si, de momentos… Ha mantenido esa libertad que la hace feliz, una libertad compartida con su familia, ha sido libre del resto del mundo. Mantiene esa promesa de intentar reír todas las veces que el día se lo permita (ojalá con sus hijos). Sigue saludando de beso en la boca a sus padres delante del que sea porque no se avergüenza en demostrarle a todo el mundo cuanto los quiere. Logró seguir siendo la loca que es, cosa no muy fácil en un mundo que suele apuntarse con el dedo. No creen que ya es suficiente mérito?

Dios me permita leer con #mipobrehermana este listado a fines del 2011 y sentir la misma felicidad que siento ahora al haber cumplido con el 20% de las metas propuestas. Un orgullo que me llena de emoción porque a la larga los puntos cumplidos son los únicos que, según su estilo, importan. Ser consecuente y respetuoso contigo mismo no te dará nada más que alegrías.

Follow #mipobrehermana, esa es su consigna