El mal mayor

Hay cosas que a #mipobrehermana le descompensan la humanidad y son esas personas “cajitas de sorpresa”. Suele ser exquisita en la selección del círculo cercano y del no tan cercano también, pero los parámetros no son popularmente compartidos. #mipobrehermana no le hace el asco a la gente ruda, a la prepotente o a la de armas tomar, como tampoco al perfil del tipo apacible, pacifista y acogedora, siempre y cuando esas personas asuman su ADN y lo tengan escrito en la frente.

Le dan miedo los mounstritos, le teme a la poca transparencia y a esas personas que para decirte algo se dan vueltas, se toman tiempo y usan un lenguaje demasiado preparado cuando el mensaje era tan básico como la tabla del 2 y se arruga como un feto cuando capta que la persona de la conversación de al lado está pendiente, de reojo, de la de ella (odia el reojo). Es como que en tu Ipod escuches Luis Fonsi y te jactes de que The Cure es lo tuyo. Así no se puede. Lamentablemente (no sé si tanto) viene cargada con ese “algo” que las detecta y las deja inmediatamente en la galucha de su vida y con pocas posibilidades del repechaje.

#mipobrehermana es confrontacional y en más de un problema se ha metido. Pero se honra en que tú, tú y tú que la conocen sepan perfectamente al tipo de persona que se enfrentan. Sabes que si tiene algo que decirte te lo dirá y que por tener algo de carácter no se aleja de ser una gran tipa. Aprovecho de agradecer en nombre de #mipobrehermana a todos aquellos que por opción u obligación se la bancan.

Si Usted no mira a los ojos al hablar es porque algo esconde y ojo, #mipobrehermana las caza ASAP